Estado depresivo
¡Con una explicación breve!
¿Cómo se manifiestan los estados depresivos? ¿Cuáles son las causas y los desencadenantes? ¿Qué puedo hacer cuando un estado de ánimo depresivo me agobia? ¿Qué plantas han demostrado ser eficaces para su tratamiento? Encontrará las respuestas a estas y otras preguntas en esta área de aplicación.
¿Qué es un estado depresivo?
Algo no va bien. ¿Qué me pasa? Las personas que padecen estados depresivos suelen ser incapaces de clasificar adecuadamente los síntomas, como la ansiedad, la insatisfacción, la irritabilidad y el desánimo asociados. Están más sensibles, tienen menos energía, se sienten físicamente indispuestas, desmotivadas, cansadas y desganadas y prefieren acurrucarse en el sofá que salir a dar un buen paseo. Uno de los síntomas es darle demasiadas vueltas a las cosas, además de los problemas para conciliar el sueño, el cansancio, la falta de apetito, los músculos en tensión o la sensación de «náuseas» en la zona del estómago. Los síntomas habituales en los hombres suelen ser una mayor propensión a asumir riesgos, una mayor tendencia a la agresividad o, por el contrario, un letargo inusual. Los cambios de comportamiento aparentemente sin causa en la vida profesional y/o privada también pueden ser indicios de un estado depresivo.
Los límites entre los estados depresivos de corta duración, las fases depresivas leves y la depresión moderada no están muy claros y el médico que los trate debe tener mucha experiencia para elaborar un diagnóstico claro. El inicio suele ser lento, de modo que los primeros signos de alerta se pasan por alto fácilmente en la estresante vida cotidiana.
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Un estado depresivo es un bajón emocional mucho más fuerte que un simple mal humor o un estado de ánimo melancólico. Este estado emocional tan agobiante aún no cumple los criterios de una enfermedad mental como, por ejemplo, la depresión. Entre otras cosas, las personas afectadas son capaces de distraerse temporalmente y estar contentas. Esto se conoce como la capacidad de vibración de las emociones. El estado depresivo suele aparecer en etapas de la vida muy estresantes desde el punto de vista psicológico y/o físico y puede mejorar por sí solo al cabo de unas semanas, cuando la vida vuelve a ser más fácil. Sin embargo, el nivel de sufrimiento durante un estado depresivo puede llegar a ser tan alto que puede ser aconsejable una terapia de apoyo.
¿Cómo se producen los estados depresivos prolongados?
Hay distintas causas y desencadenantes que pueden afectar tanto a las personas mayores como a las más jóvenes. Por lo general, se trata de una combinación de varios factores que, al final, acaban provocando un desequilibrio o incluso una deficiencia de ciertos neurotransmisores del cerebro. Los mensajeros químicos, también conocidos como neurotransmisores, son responsables de emociones como la felicidad, la satisfacción y la alegría.
Algunos de los motivos o causas de un desequilibrio de los neurotransmisores son, por ejemplo, cambios hormonales, enfermedades metabólicas (diabetes, hipotiroidismo, etc.), trastornos del sistema nervioso, inflamaciones crónicas o falta de sueño debido a trastornos del sueño o medicación. No hay que subestimar la influencia de las variaciones estacionales de la luz solar. También influyen factores de personalidad como una fuerte tendencia a la autocrítica, la poca autoestima y una gran exigencia hacia uno mismo.
Después, los acontecimientos actuales pueden ser los desencadenantes decisivos: estrés agudo, cargas sociales (conflictos en la familia, doble carga de trabajo, cuidado de hijos o familiares, etc.), preocupaciones económicas, desempleo y/o fracasos importantes. Cada cambio en la rutina diaria supone un reto y provoca una sensación de inseguridad. Esta tensión aparece sobre todo cuando no hay un equilibrio. Incluso los acontecimientos positivos pueden provocar estados depresivos hasta que uno se adapta al nuevo ritmo de vida: cambiar de piso o de trabajo, comenzar una nueva etapa de la vida después de los estudios o el nacimiento de un hijo.
Es importante tomarse en serio los primeros síntomas de ansiedad nerviosa o estado de ánimo depresivo para no entrar en una espiral descendente. Al final, podría acabar con un agotamiento extremo o una enfermedad mental grave.
¿Quién puede ayudarle con un estado depresivo?
Para excluir una causa orgánica que requiera tratamiento o un trastorno depresivo, debe acudir a un médico o psicólogo si el estado depresivo persiste durante un periodo de tiempo prolongado.
¿Qué se puede hacer con un estado depresivo?
A veces, no se puede hacer mucho en la situación en la que se encuentre en este momento. En otras ocasiones, es posible que le falte valor u optimismo para afrontar un cambio. Sin embargo, no está a merced de su estado depresivo. Para empezar, es conveniente que hable con su médico de cabecera. Cuanto más graves sean los síntomas y mayor el nivel de sufrimiento, más importante es tener un diagnóstico fundamentado y un tratamiento adecuado. Además, hay algunas opciones útiles para la autoayuda. Tomar medidas preventivas puede reducir o incluso evitar que se agraven los síntomas. Por ello, no debe ignorar o dejar pasar las señales de advertencia, como una tristeza aparentemente infundada. Es importante encontrar estrategias que sean buenas para uno mismo y que nos ayuden a coger fuerzas. Cualquier cosa que sea fácil de hacer es un buen comienzo. Aquí tiene algunos consejos y sugerencias que pueden ayudarle a recuperar el equilibrio mental:
- Concentrarse en el aquí y el ahora en lugar de darle vueltas a las cosas: se necesita práctica para mantener la mente en lo que se está haciendo. Si somos conscientes de nosotros mismos, podemos calmar nuestro mundo interior sin juzgarlo todo inmediatamente.
- Ejercicio físico: las fases del estado depresivo siempre provocan estrés en el cuerpo. El ejercicio y las actividades físicas ayudan a procesar la respuesta al estrés y a ajustar el metabolismo para la relajación y el descanso. Evidentemente, los que disfrutan haciendo deporte tienen ventaja en este caso. Para todos los demás, lo mejor es moverse más en el día a día: levantarse y caminar cuando se utiliza el teléfono, caminar distancias cortas, aprovechar los tiempos de espera en la cocina para hacer sentadillas, dar saltos por la casa con los niños o dar un paseo después del trabajo antes de subirse al coche. Siempre que sea posible, hay que hacer ejercicio al aire libre.
- Luz solar: no siempre tiene que haber un sol radiante, incluso en un día nublado hay suficiente luz que penetra a través de las nubes. La luz solar frena la producción natural de los neurotransmisores que favorecen el sueño, la melatonina, de modo que nuestro reloj interno se pone en «modo diurno». Unas horas de sueño y vigilia regulares ayudan al cuerpo a adaptarse mejor a los tiempos de actividad y a las fases de descanso.
- Ejercicios de relajación: la meditación, el yoga o el entrenamiento autógeno relajan, liberan tensiones y nos vuelven más conscientes de nuestro propio cuerpo y sus necesidades. Cuando una fuerte tensión disminuye, a algunos de los afectados se les saltan las lágrimas. Deje que salgan, son una señal de alivio.
- Dese un capricho: flores frescas, un buen libro, un masaje de pies, una visita a la peluquería para las mujeres o al barbero para los hombres... Hasta las cosas más pequeñas pueden ayudar a distraer la mente.
- Conversaciones y contactos sociales: reunirse con amigos o familiares no solo nos distrae, sino que las charlas personales nos sirven para ordenar nuestros propios pensamientos y emociones. Además, nos comprendemos mejor y es más probable que recibamos apoyo si involucramos a nuestro entorno.
Planifique descansos en su rutina diaria: si siempre tiene que estar pendiente del reloj y en constante movimiento, se estará presionando y estresando cada día. En cambio, si deja más tiempo entre citas para un rato de ocio y el tiempo suficiente para actividades de ocio compensatorias y/o aficiones divertidas, reducirá sus niveles de estrés.
Tenga paciencia: los síntomas depresivos no aparecen de la noche a la mañana. El desequilibrio de los neurotransmisores se va desarrollando durante unas semanas y hace falta tiempo para recuperar ese equilibrio. Concédase ese tiempo.
El objetivo es reequilibrar los neurotransmisores a medio plazo. Esto refuerza la capacidad de sentir emociones como la satisfacción y la alegría y aumenta el estado de ánimo. Pueden disminuir los síntomas mentales, como la tristeza, la irritabilidad y las reflexiones constantes, y pueden mejorar los síntomas físicos, como la disminución del apetito o los problemas para conciliar el sueño.
¿El cuerpo recibe suficientes nutrientes?
Es raro que falten hidratos de carbono o grasas, pero ¿qué pasa con las vitaminas que son esenciales para el sistema nervioso? El ser humano necesita más nutrientes, por ejemplo, vitamina C, durante las etapas estresantes de la vida. Una falta de vitamina C, pero también de vitamina D y vitaminas B, puede provocar o intensificar a su vez los síntomas depresivos, como la apatía. Se puede determinar si existe una deficiencia comprobando los valores sanguíneos correspondientes con el médico de cabecera. Una dieta equilibrada para favorecer el sistema nervioso contiene, por ejemplo, productos integrales, frutos secos y legumbres, varias raciones de frutas y verduras al día y cantidades suficientes de agua o té sin azúcar. Quienes no quieran prescindir del chocolate como «alimento para los nervios» deben recurrir al chocolate negro con moderación. Cuanto mayor sea el porcentaje de cacao, mayor será el contenido de triptófano. Este aminoácido se transforma en el cuerpo en el neurotransmisor serotonina, que es una de las «hormonas de la felicidad».
Tratamiento medicinal con extractos de plantas
La hierba de San Juan (Hypericum perforatum L.), la pasiflora (Passiflora incarnata L.) y la valeriana son plantas medicinales muy conocidas para la psique. Juntas en Neurapas balance, forman un trío suplementario contra los estados de decaimiento con pérdida de interés y alteraciones del sueño. Estos pueden aparecer, por ejemplo, por una sobrecarga nerviosa y por estados internos de tensión. El principio activo de este medicamento a base de plantas ayuda a equilibrar los neurotransmisores, que pueden tardar varias semanas en estabilizarse. Durante este tiempo, los síntomas deberían mejorar notablemente. Neurapas balance es un medicamento tradicional a base de plantas basado exclusivamente en un uso de larga tradición.